Carnaval en Venezuela ------
El Carnaval es tiempo de libertad y libertinaje que alcanza su plasmación el
Miércoles de Ceniza. Tras el desenfreno y la locura, llega el período de
cuaresma y los tristes días de la semana. La historia del Carnaval es la historia de una lucha por la libertad o, lo
que es lo mismo, una lucha por la supervivencia. Repasar las disposiciones que
salen desde el poder del Carnaval es leer una larga relación de prohibiciones y
cortapisas que tratan de hacer desaparecer o controlar una manifestación popular
que sólo se desarrolla en un marco de libertades públicas.
De vieja data ------
Cuando se ha tratado de señalar el origen del Carnaval, la historia se
remonta hasta precedentes de distintas civilizaciones que, sin usar el mismo
concepto de fiesta con que se conoce al Carnaval, sí han utilizado objetos y
utensilios similares. En este sentido, la utilización de máscaras en
celebraciones y ritos de origen pagano se ha interpretado como la existencia del
Carnaval en cualquier tipo de cultura que nos ha precedido.
Los orígenes remotísimos podrían suponer en las bacanales, las saturnales y
las lupercales, fiestas en honor a los dioses Baco, Saturno y Pan,
respectivamente. En el mismo sentido, también se ha hablado del mes de Phaljova
en la India, la fiesta de Falo en Egipto o la Axura árabe. El Carnaval es un hijo del cristianismo; mejor dicho, sin la idea de
cuaresma, no existiría en la forma concreta en que ha existido desde fechas
oscuras de la Edad Media europea.
Don carnal ---------
El Carnaval es tiempo de desenfreno, que alcanza su plasmación más conocida
en los tres días previos al Miércoles de Ceniza. Tras el desenfreno
carnavalesco, llega la represión de la cuaresma y después la tristeza de la
Semana Santa. El Carnaval está personificado por Don Carnal que simboliza la
libertad para comer carne y termina con las carnestolendas (carnes prohibidas).
Principalmente autoriza la satisfacción de todos los apetitos de la moral
cristiana que reconoce también los derechos de la carne, la carnalidad. El
Carnaval encuentra así, además de su significación religiosa, una significación
social y sicológica.
Su función equilibradora en todos los aspectos resulta evidente, se permite
la inversión de lo cotidiano. Se rompe con los esquemas de cada día, se olvida y
pierde la personalidad propia en la búsqueda de algo propio oculto. Se suspende
el orden establecido.
Aquellos tiempos -------
El historiador Arístides Rojas, recordando los carnavales caraqueños de 1700,
dice que "la ciudad tenía que cerrar puertas y ventanas, las autoridad, las
fuentes públicas y la familia debían esconderse para no ser víctimas de la turba
invasora. La noches del Carnaval de entonces eran lúgubres y la ciudad parecía
un campo desolado". Hoy, lo parece también, pero por la delincuencia imperante.
Ya en Caracas, no hay carnavales.
El juego del Carnaval con agua, harina y otras sustancias nocivas, era de una
violencia considerable, además de los bailes callejeros, entre los que
resaltaban el fandango, la zapa y la mochilera que permitían entre hombres y
mujeres contactos físicos inaceptables para la moral entonces vigente.
En los pueblos-------------
Si bien en Caracas los carnavales quedaron sólo para los niños, en la mayoría
de los pueblos esta fiesta ha conservado su tradición. Son famosas las
celebraciones carnestolendas de Carúpano, El Callao, Maturín, Cumaná y Coro.
Podríamos decir que el más tradicional y famoso es el de El Callao, donde las
comparsas llegan a formarse con 300 y más personas. Los preparativos comienzan
desde enero. Cada comparsa tiene su propio conjunto musical, igual que en
Brasil, y todos se identifican con una vestimenta especial para presentarse el
día martes que es la fecha especial para salir a bailar calipso a las calles.
Son famosas las madamas, vestidas a la usanza antigua, y los diablos, que
exhiben impresionantes máscaras, y tridones, con los cuales van abriendo paso a
las comparsas. La fiesta, pues, tiene su razón de ser, sólo que Caracas, la ciudad que lo ha
perdido todo, se ha venido quedando a la deriva en materia de fiestas de
Carnaval.