lunes, 9 de marzo de 2015

Quien ama,


Quien ama,
no se fija a quién ama,
tan sólo ama y todo lo apuesta,
y todo lo da, sin que le importe las
consecuencias del feliz o desgarrador final.
Quien ama,
no escucha consejos, porque
del amor y sus misterios, tan sólo
se es un instrumento ciego.
Quien ama,
hasta de su moral se olvida,
porque incrustado en su carne,
en sus huesos, y en su mente, está
la figura amada, más nadie, más nada,
salvo esa persona sobre la cual orbita su
adoración, que le embelesa, le hechiza, y
le arrebata suspiros de su propia existencia.
Nadie elige a quién amar;
el amor lanza su zarpazo,
y mengua tu voluntad,
mengua tu razón
y tu poder de elegir.
Nadie elige a quién amar;
el amor no te da el chance de pensar,
y no te da otra opción, que la de entregarte
sumisamente a sus brazos, sin poderle condicionar
para que te acaricie, o sencillamente te destruya en
su ternura.

Autor; Rourke Boada



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